La ciencia de la gratitud: cómo “dar las gracias” transforma el cerebro de los niños
- APRes Centro de Aprendizaje y Psicología

- hace 5 días
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La gratitud no es solo una palabra bonita ni una norma social. La neurociencia ha demostrado que sentir y expresar gratitud produce cambios reales en el cerebro, especialmente durante la infancia, cuando las conexiones neuronales están en pleno desarrollo.
En APRes, donde trabajamos para acercar el neurodesarrollo a familias y docentes, sabemos que la gratitud es una de las herramientas emocionales más potentes y accesibles. En este artículo te contamos, con base científica, qué ocurre en el cerebro cuando un niño agradece y cómo puedes entrenar esta habilidad desde casa o el aula.
¿Qué es la gratitud desde la neurociencia?
La gratitud es un estado emocional que aparece cuando reconocemos la intención positiva de otra persona. Ese simple reconocimiento activa redes cerebrales implicadas en:
la regulación emocional
la empatía
la motivación
la conexión social
el bienestar psicológico
La evidencia neurocientífica muestra que la gratitud no solo mejora la conducta: produce efectos medibles en regiones cerebrales clave para el desarrollo socioemocional infantil.
¿Qué pasa en el cerebro cuando sentimos gratitud?

Uno de los estudios más completos sobre este tema es Neural correlates of gratitude (Fox, Kaplan, Damasio & Damasio, 2015).Utilizando resonancia magnética funcional (fMRI), los autores analizaron qué áreas del cerebro se activan cuando una persona experimenta gratitud profunda ante un gesto significativo.
Los resultados revelaron la participación de cuatro grandes sistemas cerebrales:
1. Corteza prefrontal medial (mPFC): reconocer la intención del otro
El estudio mostró una activación intensa en la corteza prefrontal medial, una región que nos ayuda a interpretar la intención positiva de los demás y a dar valor emocional a sus acciones.
En niños, fortalecer esta área se asocia con:
mayor empatía
mejor toma de perspectiva
vínculos sociales más seguros
Es decir: cuando un niño agradece, está entrenando su capacidad para comprender a los demás.
Cíngulo anterior (ACC): regular emociones y reducir estrés
Otra región clave activada por la gratitud es el cíngulo anterior, fundamental para:
regular emociones
gestionar el estrés
conectar pensamiento y emoción
generar calma interna
Esto significa que la gratitud actúa como una herramienta natural de autorregulación emocional, algo esencial en el desarrollo infantil.
3. Sistema de recompensa: bienestar, motivación y dopamina
Las redes relacionadas con el sistema de recompensa también se ven involucradas. Estas áreas están conectadas con la liberación de neurotransmisores como:
dopamina, que impulsa la motivación
serotonina, que contribuye al bienestar y la estabilidad emocional
Por eso agradecer “sienta bien”: el cerebro refuerza esa emoción positiva y motiva a repetirla.
4. Red por defecto: empatía y reflexión interna
La gratitud también se vincula con la red por defecto, un sistema relacionado con:
la empatía
la conexión social
la capacidad de reflexionar sobre uno mismo
Entrenar la gratitud en la infancia favorece el desarrollo de estas competencias socioemocionales esenciales.
¿Por qué es importante entrenar la gratitud desde la infancia?

Porque el cerebro infantil es altamente plástico.Practicar la gratitud de forma regular provoca beneficios que se consolidan con el tiempo:
mejora el estado de ánimo
aumenta la estabilidad emocional
reduce las respuestas de estrés
refuerza la empatía
mejora la convivencia en casa y en el aula
fortalece el bienestar y la salud mental
La evidencia científica coincide: la gratitud es una de las prácticas más completas para favorecer un neurodesarrollo saludable.
Actividades sencillas para cultivar la gratitud en casa o en el aula
Estas prácticas, alineadas con cómo funciona el cerebro, son fáciles de incorporar a la rutina diaria:
1. Tarro o mural de las cosas buenas
Cada día, el niño escribe o dibuja algo que agradece.Refuerza los circuitos de recompensa.
2. La pregunta de la noche
"¿Qué fue lo mejor de tu día?" Aumenta la atención a experiencias positivas.
3. Diario de gratitud semanal en el aula
Los alumnos expresan algo que agradecen a un compañero.Fortalece la empatía.
4. El “gracias” consciente
No es decir “gracias” por hábito, sino identificar:qué hizo la otra persona y cómo me hizo sentir.
Evidencia científica que respalda estos beneficios
Además del estudio de Fox et al. (2015), otras investigaciones han encontrado efectos similares:
Kini et al., 2016 (NeuroImage): la gratitud produce cambios duraderos en redes cerebrales asociadas al bienestar.
Kyeong et al., 2017 (Scientific Reports): la gratitud modula áreas implicadas en empatía y regulación emocional.
Yu et al., 2018 (Journal of Neuroscience): la gratitud influye en cómo valoramos las acciones de los demás y en la toma de decisiones sociales.
La ciencia es clara: la gratitud es una práctica transformadora y neurobiológicamente sólida.
En APRes apostamos por un neurodesarrollo accesible y basado en evidencia
Acompañamos a niños, familias y docentes a comprender cómo funciona el cerebro y a desarrollar habilidades emocionales que construyen bienestar.
La gratitud es una de las herramientas más sencillas, gratuitas y potentes para fortalecer el desarrollo socioemocional infantil.
Si deseas conocer más recursos o necesitas acompañamiento profesional, estamos aquí para ayudarte con acompañamiento profesional, estamos aquí para ayudarte.
Puedes descargar el estudio del que hablamos en este blog aquí:































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