Cómo hablar de la muerte con los hijos: guía para familias
- Marina Villa
- hace 4 días
- 2 Min. de lectura
El fallecimiento de un ser querido
Hablar de la muerte con los hijos es un tema delicado y difícil para muchas familias debido a la alta carga emocional que conlleva y a que, en ocasiones, se considera un “tema tabú”. Sin embargo, la muerte es una parte inevitable de la vida. Por ello, es importante contar con recursos que ayuden a nuestros hijos a afrontar esta realidad, evitando que el duelo se complique o se vuelva patológico.

Comprender la muerte es un proceso que requiere tiempo. Los niños necesitan asimilar lo sucedido y es normal que tengan dudas, inquietudes o temores. Como adultos, debemos escucharlos y acompañarlos, entendiendo qué piensan y cómo perciben la muerte, para luego ofrecerles explicaciones adecuadas según su capacidad emocional y cognitiva.
¿Qué significa morir?
Para que los niños comprendan la muerte, deben conocer algunas ideas clave:
La muerte es universal: Todos los seres vivos fallecen. Explicar el ciclo de la vida: las personas, animales y plantas nacen, crecen y mueren.
La muerte es permanente e irreversible: Los niños deben entender que la persona fallecida no volverá.
El cuerpo deja de funcionar al morir: Esto ayuda a los niños a comprender que la vida física termina, reduciendo miedo o confusión.
Explicación de la causa: Indicar la causa física del fallecimiento proporciona tranquilidad y evita sentimientos de culpa o temor.
Claves para hablar de la muerte con los hijos de un ser querido
Hablar sobre la muerte requiere sensibilidad, sinceridad, claridad y empatía. El proceso debe adaptarse a la edad y necesidades del menor. Algunas pautas esenciales:
Informar al niño lo antes posible, idealmente por una figura de referencia como los padres.
Notificar al colegio para que docentes y personal psicopedagógico puedan apoyar al niño.
Dosificar la información de manera progresiva y responder sus dudas con honestidad.
Usar términos claros y reales para explicar la muerte como un hecho irreversible. Ejemplos de la naturaleza pueden ayudar a comprenderlo.
Compartir creencias espirituales solo después de explicar la parte física y concreta de la muerte. Evitar metáforas como “está durmiendo” que generen confusión.
Ayudar al niño a procesar sus emociones, validando sus dudas y sentimientos, y asegurando que no se sienta responsable.
Mantener vivo el recuerdo del ser querido mediante fotos, historias y recuerdos, fortaleciendo la conexión emocional.
Ser un modelo emocional: los adultos deben mostrar sus emociones para que los niños aprendan a expresarlas y procesarlas de manera saludable.

La importancia de los rituales
A partir de los 6 años, y si el niño lo desea, puede participar en velatorios, funerales o entierros. Es clave explicarle previamente lo que ocurrirá: las personas pueden llorar, abrazarse, etc. Estos rituales permiten al niño despedirse, sentirse incluido en la familia y recibir consuelo durante un momento difícil.
Conclusión
Hablar de la muerte con nuestros hijos supone un reto y una situación muy dolorosa para los propios padres, que por un lado están sufriendo por la situación de fallecimiento y por otro, es habitual que sientan temor y nerviosismo por comunicar a su hijo la noticia.
Desde APRes, queremos transmitirte que contamos con profesionales especializados en duelo para acompañarte a ti y a tu familia y proporcionaros herramientas y estrategias que faciliten un proceso de duelo adecuado.
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